Sin planear y sin pensar.

Cuando te lanzas y empiezas de cero, llegas.

Cuando hablo de llegar, hablo de experimentar que se siente al dedicar mi vida a ayudar a los demás y a aprender de todas y cada una de las personas con las que me cruzo día a día.

Para muchos soy una terapeuta, para otros una amiga y para otros como una madre.

Mi extensa formación me ha dado las herramientas necesarias para desarrollar mi trabajo, pero es mi experiencia en esta vida lo que me ha dado la clave para vivir el momento que estoy viviendo.

Soy madre de cinco hijos, y eso me ha dado un máster en paciencia y gestión económica y financiera de la casa.

Fue hace unos diez años cuando apareció en mi vida la posibilidad de empezar a formarme como terapeuta, cosa que hasta entonces nunca me había planteado, pensé: ponerme a estudiar con todo lo que llevaba a cuestas!

Para poneros en situación, fue ese año cuando decidí divorciarme. Después de 35 años casada y mudarme con mis dos hijos pequeños. Por supuesto mi atención se centraba en trabajar para poder sobrevivir.

El caso es que la vida me condujo a ello. Se dieron las circunstancias adecuadas para que yo pudiese empezar a estudiar Terapia Craneosacral Biodinámica en Xátiva.

Y digo que se dieron porque así fue. Yo no tenía tiempo ni mucho menos dinero para permitirme la formación. Pero la vida me lo concedió porque tenía que hacerlo, o eso fue lo que dijo mi mentor y maestro.

Estrené la formación haciendo mi primera práctica con el formador, o maestro. Cuando establecí contacto con su cráneo se produjo una conexión de comunicación entre nosotros muy fuerte.

Comunicación fuera de lo común, se produjo una regresión a su vida pasada y yo le acompañaba en el proceso. Respeté el protocolo de terapia que nos había enseñado y me mantuve  en completo silencio, hasta que empezamos a compartir lo que estaba sucediendo.

Eso fue lo que detonó mi confianza interna y lo que me mostró que eso para mi no era trabajo. A pesar de la cantidad de datos e información que he tenido que memorizar y aprender, en la práctica entro en sincronía con la fuente y se me muestra la información.

A pesar de tener mi vida en contra, me dejé llevar y confié, le hice caso a esa voz que te dice que todo va a salir bien y que si estás ahí es siempre por alguna razón.

Así fue todo lo que aparentemente estaba en mi contra se iba solucionando y la vida misma ponía en mi camino todo lo que necesitaba para seguir adelante.